domingo, 23 de febrero de 2014

¿cómo reconocer falsos maestros y profetas?


Autor: Swami B.A. Paramadvaiti

Hay mucha gente en este mundo que encubre sus motivaciones personales con maravillosos anuncios que apelan a la sensibilidad religiosa de la humanidad. Todas esas mentiras están escondidas en estas hermosas y falsas promesas, y en diversos fragmentos de verdades universalmente atractivas y aceptadas. Escasamente encontraremos a alguien que nos diga con sinceridad: “Mira esta película y te volverás más violento”, “Fuma este cigarrillo y tendrás cáncer”, “Acepta esta filosofía para que yo te pueda sacar dinero”, “Acepta este líder político para que él pueda disfrutar la gloria de su ego y no para servir a su pueblo tal como promete”.

Así, para reconocer lo verdadero y protegernos de las falsas invitaciones y engaños que ofrece este mundo; tenemos que ir hacia lo más profundo y no solamente ver lo que nos prometen y dicen comúnmente esos diversos grupos y personas. 

Primeramente debemos analizar las enseñanzas de determinado maestro o escuela, y el efecto que produce en las personas que siguen sinceramente dicho sendero. Debemos ver, por ejemplo, cómo es su conducta sexual; si se permiten relaciones sexuales extramatrimoniales ya podemos rechazar esta enseñanza por ser contraproducente en el avance espiritual. Si se permite algún tipo de intoxicación el cual sólo daña el cerebro causando dependencia, drogadicción o alcoholismo tampoco debemos aceptarlo como algo verdadero. Si encontramos algún mensaje en que se permita la matanza y el maltrato a los animales; inmediatamente debemos entender que en ese sendero no hay amor y que por lo tanto no es nada interesante para nosotros. Y si se practican juegos de azar y se promueve el engaño a los demás; es decir, si hay mentiras; hay que aceptar entonces que tampoco ese camino ha llevarnos a la Verdad. 

En la India se conocen muchos criterios dados por las Escrituras para reconocer un Verdadero Maestro Espiritual. Primeramente, un Maestro Espiritual genuino viene de una cadena de Maestros Espirituales; y él practica y enseña lo que aprendió de su propio Maestro Espiritual. El Maestro Espiritual no es atraído por la opulencia o el dinero; todo lo que recibe, inmediatamente lo usa para el bien de los demás y para el servicio de la Suprema Personalidad de Dios; y de esta manera, con mucha misericordia, él enseña a los caídos a levantarse de sus condicionamientos para que puedan acogerse a la Amnistía Espiritual.

Los Maestros Espirituales enseñan a sus pupilos las Escrituras Reveladas autorizadas que son realmente un parámetro para poder aceptar a una persona como Autoridad Espiritual. Las enseñanzas de un Maestro Espiritual deben coincidir con las Escrituras Sagradas y también deben ser respaldadas por la práctica de aquellos que siguen sus instrucciones y que se ven como personas positivamente transformadas. Adicionalmente se debe hacer la evaluación en el propio corazón. 

Si uno siente inspiración y guía positiva después de haber visto que el Guru o Maestro, las Escrituras y los otros Maestros coinciden y armonizan en la enseñanza, y el corazón también siente algo positivo; debemos seguir con esta enseñanza haciendo el mejor esfuerzo. Y si estamos decididos a practicar con toda sinceridad lo bueno que hemos encontrado, esta actitud va a garantizar que salgamos adelante; y si en algún momento, nos hemos equivocado el Mismo Señor nos va a proteger de esos falsos caminos.

Las falsas enseñanzas del materialismo que se promueven en las escuelas y universidades modernas y en los medios de comunicación son muy peligrosas y tienen a gran parte de la humanidad muy desanimada, sin espiritualidad y refugiada solamente en un consumismo sin sensibilidad por los individuos y dedicado más que nada a enriquecer sin sentido el sistema; mientras que la gran necesidad y deseo de la gente de salir de esta situación completamente desagradable es aprovechado por personas inescrupulosas que tienen intenciones ocultas. 

Es evidente que estas personas no enseñan la Verdad completa; porque, Dios es Aquel que nos mantiene a todos ¿Cómo podemos decir que no hay nadie por encima de nosotros? Inclusive la Madre Naturaleza está por encima de nosotros y si no hubiera Dios tendríamos que agradecerle a Ella por los bienes que nos prodiga; nosotros no podemos mantenernos ni siquiera a nosotros mismos. Pero como todos tenemos un ego falso gigantesco, nos gusta cuando alguien nos dice que no hay nadie por encima de nosotros y que todos somos parte del Supremo; pero eso es ateísmo cortés como lo llamó Schopenhauer. Más bien deberíamos buscar a los Maestros humildes que dan reconocimiento, que son agradecidos con la enseñanza y con la iluminación y que sienten verdadera compasión por todos los seres. Esas deben ser las estrellas que nos enseñen la Luz, el Camino y el Amor Universal, y que nos guíen hasta establecer nuestra relación amorosa con el Supremo Señor del Universo, el Amigo de todos.